ASESINO PERFECTO
Crimen sin Rostro
Jean Baudrillard, en su obra “Crimen perfecto”, nos plantea
el crimen perfecto como uno en donde hasta las huellas de la destrucción del
Otro han desparecido.
En términos de Baudrillard, el crimen perfecto ha sido
realizado por la información contra la realidad, y la comunicación es el lugar
del crimen perfecto contra la alteridad. En esencia, el crimen perfecto es
sobre lo real.
En este discurrir, a veces queda la sensación de la
mistificación. Se habla de la muerte de lo real, pero se señala como
responsable de este crimen a algo abstracto. Queda excluida de la reflexión la
consciencia. Es desde la consciencia de este mundo como puede atribuirse significación
a cualquier acción. Hacer recaer el crimen de lo real sobre la tecnología, es
una mistificación. Es ocultar la voluntad consciente, requerida en toda acción.
Solo alguien con voluntad puede ser un criminal.
El actual estado de cosas parece ser la prueba para
demostrar la gran virulencia de la cual es capaz la especie humana. Una
irracionalidad parece impregnar todas las dimensiones de lo real. Pero aún así,
la racionalidad no puede renunciar a reflexionar sobre las contradicciones,
sintomáticas de tanta irracionalidad.
En la contemporaneidad se han planteado dos posibilidades a
la racionalidad:
1. La Era Moderna ha terminado y estamos en una era
Postmoderna. Es una postura, en esencia, francesa e italiana. Esto implica una
racionalidad distinta de la moderna.
2. La Era Moderna no ha terminado y se requiere volver a
plantear los fundamentos de la racionalidad. Es la postura de la Escuela de
Frankfurt.
Con independencia de cuál postura se elija, no se puede
perder de vista el aspecto fundamental de la racionalidad. Ésta sólo puede ser
ejercida desde el ser humano y sobre el ser humano. El crimen perfecto no puede
recaer sobre algo sin racionalidad como la tecnología. Se requiere un ser
racional como ejecutor del crimen perfecto.
Para perpetrar el crimen perfecto, se requiere, entonces, un
criminal perfecto. El criminal perfecto tiene como figura representativa al
asesino perfecto. En el transcurso de este estudio veremos más, pero por lo
pronto, identificaremos dos características fundamentales del asesino perfecto:
1. El asesino perfecto se inserta en una distribución social
del trabajo.
2. El asesino perfecto no tiene nexo psíquico o afectivo con
el objetivo.
Estas dos características son fundamentales para diferenciar
al asesino profesional del asesino psicópata o patológico.
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