sábado, 24 de septiembre de 2016

Extractos de Lucamo 26



ASESINO PERFECTO



Crimen sin Rostro

Jean Baudrillard, en su obra “Crimen perfecto”, nos plantea el crimen perfecto como uno en donde hasta las huellas de la destrucción del Otro han desparecido.
En términos de Baudrillard, el crimen perfecto ha sido realizado por la información contra la realidad, y la comunicación es el lugar del crimen perfecto contra la alteridad. En esencia, el crimen perfecto es sobre lo real.
En este discurrir, a veces queda la sensación de la mistificación. Se habla de la muerte de lo real, pero se señala como responsable de este crimen a algo abstracto. Queda excluida de la reflexión la consciencia. Es desde la consciencia de este mundo como puede atribuirse significación a cualquier acción. Hacer recaer el crimen de lo real sobre la tecnología, es una mistificación. Es ocultar la voluntad consciente, requerida en toda acción. Solo alguien con voluntad puede ser un criminal.
El actual estado de cosas parece ser la prueba para demostrar la gran virulencia de la cual es capaz la especie humana. Una irracionalidad parece impregnar todas las dimensiones de lo real. Pero aún así, la racionalidad no puede renunciar a reflexionar sobre las contradicciones, sintomáticas de tanta irracionalidad.
En la contemporaneidad se han planteado dos posibilidades a la racionalidad:
1. La Era Moderna ha terminado y estamos en una era Postmoderna. Es una postura, en esencia, francesa e italiana. Esto implica una racionalidad distinta de la moderna.
2. La Era Moderna no ha terminado y se requiere volver a plantear los fundamentos de la racionalidad. Es la postura de la Escuela de Frankfurt.
Con independencia de cuál postura se elija, no se puede perder de vista el aspecto fundamental de la racionalidad. Ésta sólo puede ser ejercida desde el ser humano y sobre el ser humano. El crimen perfecto no puede recaer sobre algo sin racionalidad como la tecnología. Se requiere un ser racional como ejecutor del crimen perfecto.
Para perpetrar el crimen perfecto, se requiere, entonces, un criminal perfecto. El criminal perfecto tiene como figura representativa al asesino perfecto. En el transcurso de este estudio veremos más, pero por lo pronto, identificaremos dos características fundamentales del asesino perfecto:
1. El asesino perfecto se inserta en una distribución social del trabajo.
2. El asesino perfecto no tiene nexo psíquico o afectivo con el objetivo.
Estas dos características son fundamentales para diferenciar al asesino profesional del asesino psicópata o patológico.


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