CAPOSOPHIA I: Introducción
Sedimentus Presocrático
La filosofía es una especie de felino con más vidas que un
gato. Con los llamados filósofos presocráticos se dio origen al denominado
pensamiento occidental. Ellos se plantearon diferentes preguntas como punto de
partida para su reflexión y con ello una nueva forma de pensamiento denominada
filosofía. Pero cuando la filosofía apenas comenzaba, debió enfrentar su
primera muerte. Platón y Aristóteles consideraron que la filosofía no podía
consistir simplemente en formular preguntas. Introdujeron la necesidad de la racionalidad
(la verdad) en el pensamiento occidental. La tarea de la filosofía no era la de
hacer preguntas, sino la búsqueda racional. Se introdujo el análisis y la
argumentación lógica como base de la filosofía y con ello se le dio sepultura a
la filosofía presocrática. Esta historia se ha repetido una y otra vez desde
entonces, dando origen a diferentes filosofías que a su modo han buscado dar
explicación al ser, la existencia, la realidad, el devenir, el tiempo, el
espacio y a muchas más inquietudes de la mente humana.
En este transcurrir de la filosofía, el nacimiento de una
nueva postura filosófica no ha implicado la desaparición de la anterior, así se
suela hablar de la muerte de la filosofía. Por el contrario, las anteriores
posturas filosóficas se van sedimentando unas encima de las otras hasta
conformar el amplio terreno de la filosofía. Las elaboraciones del pensamiento
occidental se superponen y vuelven a aflorar cuando la realidad inmediata se
vuelve compleja de entender. Muchas de las capas del sedimento se expresan de
nuevo a través de opiniones, del sentido común, y hasta de un sistema
filosófico nuevo.
Una situación típica de esta superposición de visiones o facies
filosóficas se da cuando en las sociedades se evidencia la presencia del crimen
organizado. Los tipos de pensamiento desde él, hacia él y por él parece incluir
las diferentes filosofías pasadas y presentes. Esta suma de posiciones o de
pensamientos se superpone para formar lo que aquí se ha dado en denominar la “caposophia”.
El crimen organizado supera la esfera de lo individual pero se estructura a
partir de un líder. Ese líder ha asumido diferentes denominaciones en el
tiempo, tales como capo, padrino, señor, don, jefe, etc. Para fines del
presente estudio se engloban todas estas figuras o designaciones en la de capo
como representación del líder del crimen organizado.
En el tiempo se pueden identificar diferentes representantes
del capo y del crimen organizado. Algunos de ellos serán considerados en la
aproximación a la caposophia y el resto se puede subsumir en el modelo de
estudio aplicado a los incluidos. Se comenzará con el capo Pablo Emilio Escobar
Gaviria por ser quizá el de mayores variantes en las concepciones generadas y
el carácter de su contemporaneidad.
Pablo Escobar, con sus actuaciones y forma de pensar, llevó a la cúspide
a la figura del capo y con él la caposophia alcanzó una expresión bastante
compleja. Desde él, hacia él y por él se expresan diferentes filosofías para
dar expresión a una caposophia.
La caposophia aglutina las diferentes expresiones del
pensamiento generadas sobre, desde, y por el crimen organizado y de otros tipos
de organizaciones o asociaciones humanas que tienen como base para su actuación
en el mundo una forma de pensamiento que se ajusta a las características de lo
que aquí se denomina caposophia. En ella, las diferentes filosofías se
presentan como capas superpuestas o sedimentadas para expresar una realidad
compleja. El estrato, como superposición de capas de pensamiento, se convierte
en la mejor imagen para la representación de la realidad filosófica en sociedades
atravesadas por presencias del crimen organizado en sus diferentes
manifestaciones. Frente a las diferentes posturas, interesa el trasfondo, la
manera en que se expone una visión de la realidad en su totalidad. En cada
expresión, desde la opinión, desde el sentido común o desde la razón, se
evidencia un intento de hallar una ordenación en la cosas.
Los presocráticos se caracterizaron ante los filósofos
socráticos por haber contado cuentos. Las Musas le dicen a Homero que pueden
enseñarle muchas verdades, pero también alguna falsedad. El saber es una
provisión de las experiencias que se acumulan sin cesar y despiertan la
pregunta por el sentido de todas las cosas. Parménides no habla apenas de la doxa
(verdad), sino de las doxai (opiniones), pues la verdad es única,
mientras que las opiniones de los hombres son variadas. El planteamiento del
problema no atañe tan sólo a la verdad, sino también a la multiplicidad de las
opiniones.
El pensamiento de Parménides, inaugurador del pensamiento de
occidente, está cifrado en el poema fragmentario “Sobre la Naturaleza”,
conservado en el tiempo debido a citas de otros autores. La interpretación de
los versos de Parménides parece ser la siguiente: lo primero que se encuentra
es una visión del universo según la cual está constituido por opuestos
interrelacionados e inseparables. En segundo lugar, que esta concepción es
superior en lo conceptual a aquella de los jonios, porque evita el pensamiento
de la “nada”. En tercer lugar, la imagen de la “luz” y la “oscuridad”, que
resume esta concepción, remite al mostrarse del ser y a su cognoscibilidad.
Equipara al ser con el noein, es decir pensamiento. El significado
primario de esta palabra no es el de “sumergirse en uno mismo” o reflexión,
sino la pura apertura a todo.
En los jonios, así como en Parménides, este tema aparece
bajo una nueva luz: la percepción y el pensamiento no surgen por la actuación
de una potencia divina, sino por la mezcla de los humores del organismo. La
filosofía en occidente se hace posible cuando el pensamiento deja de ser
teogónico para convertirse en un producto humano. La poesía de Homero es
teogónica, la de Parménides es filosófica.
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