sábado, 30 de julio de 2016

Extractos de Lucamo 11





Capítulo 1

— ¿Hacia dónde se dirige el señor?
El rector con gesto sorprendido, detuvo su marcha hacia la escalera eléctrica. Dirigió la mirada hacia el origen de la voz. Un hombre de gorra azul lo interpelaba.
—Voy para Cerritos.
— ¿Y cuál es el motivo de su visita?
El rector se sintió en una frontera internacional. El prejuicio era evidente hacia los visitantes nuevos. Alguien sentía amenazado su territorio.
—Soy el rector del Colegio Cerritos.
El rector se sintió extraño diciendo “soy rector”. Su ser era algo muy distinto. Aquello solo definía su hacer. Ni siquiera el hacer. Era solo un haz de interrelaciones con otros en el hacer. Esos otros tejidos con palabras en las historias contadas, relatadas para traerlos al recuerdo. Unos otros solo existentes en el decir de las gentes. Fragmentos de historias cobrando existencia en la memoria perdurable o efímera de los acontecimientos.
— ¿Qué pasó con el rector?
—Lo trasladaron a otro colegio.
El rector se sintió incómodo. Esas no eran conversaciones apropiadas. No eran los temas para tratar con un desconocido. Toleraba aquello por el conflicto social en el sector. Allí trabajaría y debía adaptarse. Aquello no era una conversación. Era un interrogatorio forzado. Muchos lo habían puesto sobre aviso. Aquello pasaría, insistieron, pero ocurría muy lejos de Cerritos. Si esto era sin llegar, cómo sería allá.
— ¿Usted conoce Cerritos?
—No señor, vengo por primera vez. Ni siquiera sabía de su existencia. Me enteré cuando me notificaron. Me toco preguntar cómo llegar.
El rector permitió a la idea rondar con insistencia por su cabeza. Todavía estaba a tiempo de arrepentirse. Aquello no pintaba bien. Dar tantas explicaciones para poder ir hacia el lugar de trabajo. Ser interpelado por desconocidos. Ser tratado como potencial amenaza. Algo estaba muy mal en Cerritos. Quizá era tiempo de regresarse. Quizá ni siquiera llegaría a Cerritos. Tal vez, aquello era la fase previa para algo más. Por un momento se desconectó del hombre de la gorra azul. Tomó consciencia de las personas en el entorno. Ascendían por la escalera eléctrica. Iban ensimismadas hacia el transporte. Las esperaba al final. Se preguntó si todos irían para Cerritos, si a todos alguna vez los habrían interrogado como ahora lo hacían con él. La voz casi militar, lo volvió a conectar.
— ¿También cambiaron la secretaria?
—No sabría decirle, es mi primer día de trabajo. No sé en qué condiciones está el colegio.
—Pues le digo, cambiaron la secretaria. Hace unos diez minutos devolví a la nueva niña. Se lo deje bien claro. Por aquí no la necesitamos. Espero no volverla a ver.
— ¿Y eso por qué?




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